La APDH en defensa al derecho a la vida, repudia y denuncia el genocidio del pueblo palestino en la franja de Gaza perpetrado por el gobierno de Israel.
La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en defensa al derecho a la vida, repudia y denuncia el genocidio del pueblo palestino en la franja de Gaza perpetrado por el gobierno de Israel.
Se han documentado innumerables episodios de disparos a la cabeza y al centro del pecho a adolescentes, niños y población civil en general. Muchas veces ocurrieron mientras las víctimas se acercaban a los pocos centros de distribución de alimentos.
Lo que en principio se intentaba disfrazar de "daño colateral" es actualmente una política explícita y desenbozada de sometimiento de la población al hambre, falta de agua, enfermedades curables y evitables, destrucción total de la infraestructura y el bloqueo a la ayuda internacional. Los ciudadanos del mundo contemplamos en vivo y en directo como se perpetran en Gaza, los peores horrores de que los humanos son capaces. Hay más de 56.000 muertos por disparos y bombardeos y una cifra incalculable de muertes por hambre, sed, frío e infecciones producto de la destrucción.
Los ataques recurrentes a efectores de salud se perpetran sin disimulo y sin escrúpulos. Se desalojaron y bombardearon todos los hospitales del norte de la franja. Los profesionales que todavía desempeñan su tarea no cuentan con medicinas, anestesia, fórmula para lactantes desnutridos, combustible o electricidad para mantener operativos los hospitales. Se han bombardeado ambulancias, pacientes y profesionales tanto palestinos como también pertenecientes a distintos organismos internacionales.
Gaza es hoy el lugar más peligroso para trabajadores humanitarios. Cada día se reportan nuevas muertes de personal humanitario y médico dentro del enclave.
Otro tanto ocurre con los periodistas. Se intenta así borrar los testimonios de esta brutal masacre.
Todo ello ocurre con la colaboración explícita del presidente de Estados Unidos Donald Trump, el apoyo irrestricto del presidente de nuestro país Javier Milei y la actitud tibia y ambigua de la Unión Europea que continúa manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. Europa sigue proveyendo los insumos necesarios para que se lleve adelante este exterminio.
Las Naciones Unidas han realizado diferentes pronunciamientos de condena, sin que ello derive en acciones concretas que detengan la masacre.
El Derecho Internacional Humanitario (DHI) establece claramente que debe respetarse a los trabajadores humanitarios, personal de salud, hospitales, dispensarios y ambulancias. Así como también a los enfermos y heridos tanto civiles como militares fuera de combate.
Para ello, los mismos, estarán debidamente identificadas con los símbolos internacionales convenidos (cruz roja, media luna roja o cristal rojo). Estos actos son claros crímenes de lesa humanidad, sus responsables deben tener pedido de captura en todos los países firmantes de dichos tratados.
La Argentina adhirió por ley a cada una de las Convenciones de Ginebra y sus protocolos ampliatorios. (1)
Por todo ello nos pronunciamos enérgicamente contra este genocidio y exigimos a nuestros gobernantes se atengan a los compromisos asumidos por nuestro país en favor de los derechos humanos.
Llamamos al pueblo Argentino y a la comunidad internacional a sumarse al repudio. El silencio es complicidad.
(1)
Argentina suscribió los Convenios de Ginebra en 1956. Estos convenios son tratados internacionales que contienen normas importantes para limitar las brutalidades de la guerra y protegen a quienes no participan en los enfrentamientos, como civiles y trabajadores humanitarios, y a quienes ya no pueden participar, como soldados heridos o prisioneros de guerra.
Además, Argentina ratificó ¹ ²:
- Protocolo I: en 1986, que se refiere a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales.
- Protocolo II: en 1986, que se refiere a la protección de las víctimas de los conflictos armados no internacionales.
- Protocolo III: en 2011, que se refiere a la adopción de un signo distintivo adicional para la protección de las personas y bienes en caso de conflicto armado.
Estos protocolos adicionales amplían las protecciones y normas establecidas en los Convenios de Ginebra originales.