La APDH solicitó con urgencia a Naciones Unidas que se liberen las patentes de las vacunas por el COVID 19

APDH Nacional

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) envió en el día de la fecha una nota especial a la Relatora Especial sobre el Derecho a la Salud Física y Mental de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a cargo de Tlaleng Mofokeng, con el objetivo de solicitar con urgencia la liberación de las patentes de las vacunas generadas hasta la actualidad contra el virus COVID 19.

La pandemia ha puesto de relieve no sólo la fragilidad de los sistemas de salud de todo el mundo, tanto de los países desarrollados como de aquellos más empobrecidos, sino la enorme desigualdad en el acceso a los medicamentos y las tecnologías de salud. La debilidad de los sistemas de salud pública se contrasta con la fortaleza del sector farmacéutico a nivel global.

Desde la APDH señalamos que, en este contexto mundial, el derecho a la salud ha quedado ceñido a las posibilidades que cada país tenga de acceder a las vacunas, las cuales se producen en los laboratorios de los países con mayores ingresos, que además cuentan con derechos de propiedad intelectual, vulnerando un acceso más justo a la salud. A pesar de que públicamente están a favor de la vacunación global, muchos de los países productores de las vacunas como Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y Suiza proponen repartir sus propias vacunas recién cuando terminen de vacunar a su población.

Ante esta situación de enorme inequidad en la distribución, desde la APDH solicitamos a través de la Relatoría Especial sobre el Derecho a la Salud, que se deroguen, al menos de manera temporaria, las obligaciones incluidas en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), para que cualquier país pueda producir las vacunas sin preocuparse de las patentes. Pedimos que se llegue a una vacunación ampliamente extendida a nivel mundial y que la mayoría de la población mundial esté inmunizada.

La petición que lleva la firma de la copresidencia de la APDH, integrada por Maria Elena Naddeo, Soledad Astudillo y Guillermo Torremare, concluye señalando que esta distribución inequitativa es una mala estrategia tanto epidemiológica como económica dado que si el virus sigue circulando existen más probabilidades de que surjan nuevas variantes del COVID 19.

Ningún país se salva sólo. Nadie se salva sólo.


Descargá la nota enviada acá